Esta exposición se empeña en reflejar una hazaña literaria. La llevó a cabo el poeta portugués Fernando Pessoa (1888-1935). Que un artista pueda llegar tan lejos en el arte de multiplicar sus voces es un hecho infrecuente y superlativo. Usual en un dramaturgo, no lo es en los poetas. Gracias a ese polifacetismo, los heterónimos pessoanos se convierten en una fuente incomparable de emociones tan intensas como variadas e igualmente reveladoras. Pocas veces la inteligencia de un escritor resulta tan indisociable de su capacidad de conmover.
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Informe Pessoa
Meditaciones en primera persona sobre un creador de poetas (y no solo de poemas).
Esta exposición se empeña en reflejar una hazaña literaria. La llevó a cabo el poeta portugués Fernando Pessoa (1888-1935). Que un artista pueda llegar tan lejos en el arte de multiplicar sus voces es un hecho infrecuente y superlativo. Usual en un dramaturgo, no lo es en los poetas. Gracias a ese polifacetismo, los heterónimos pessoanos se convierten en una fuente incomparable de emociones tan intensas como variadas e igualmente reveladoras. Pocas veces la inteligencia de un escritor resulta tan indisociable de su capacidad de conmover.
Tabla de contenido
1. El encuentro
14 min
Fernando Pessoa, un borracho que no le gustaba trabajar, vivía en pensiones, se la pasaba haciendo cálculos para ganar la lotería, y nunca aprendió amar. Fue también uno de los poetas más grandes de la historia de la literatura. La convivencia entre la genialidad y los aspectos más triviales de la vida de un gran creador es un enigma que, en el caso de Pessoa, se refuerza por la dificultad para definir una obra tan fragmentaria, en metamorfosis constante. Hay que renunciar a encontrar un denominador común: su unidad proviene de la sensibilidad y el pensamiento que en ella se expresan.
2. Autorretrato de un inspirado
29 min
¿Por qué conmueve la obra de Pessoa? Fue escrita en un Portugal que no se siente parte de Europa, por un autor que no está a gusto con su familia, por un hombre que no se percibe como un adulto. En las reuniones familiares, de hecho, Pessoa se va a jugar con su sobrina, como el príncipe Myshkin, el idiota de Dostoievski, que confiesa sentirse más cómodo entre los chicos. La obra de Pessoa transmite la particular sensación de ser sin estar, de estar sin pertenecer, de pertenecer sin sentirse parte.
3. Un coro de voces
39 min
Autores versátiles, capaces de producir un coro de voces distintas, hay muchos. Pessoa no hace eso. Pessoa inventa autores, cada uno con su obra completa, y muchos de ellos con personalidades antitéticas entre sí y opuestas a la de él, con quien mantienen a veces una relación conflictiva. Todos, sin embargo, admiran a Alberto Caeiro. ¿Por qué, si escribe mal, si es un poco bruto? Porque con su sintaxis descuidada y su estilo torpe, de todas maneras les muestra a los demás que la poesía no es un género literario sino la capacidad para ver, y que ver no es interpretar. Ver, ver de verdad, no es otra cosa que contemplar la asombrosa realidad de las cosas.
4. Pessoa: un epílogo sin final
27 min
Fernando Pessoa (al igual que Alberto Caeiro) estaba tan poco preocupado por la trascendencia de su obra que tiraba todo lo que escribía en un baúl. “Un baúl lleno de gente”, dijo Antonio Tabucchi. El Libro del desosiego, su obra paradigmática, estaba abandonado ahí. Paradójicamente, lo firma Bernardo Soares, un “semi-heterónimo” según el mismo Pessoa, es decir, un heterónimo no del todo logrado, uno al que Pessoa no consiguió darle toda su autonomía. ¿Pero es Pessoa quien le confiere su autonomía a los heterónimos? Él no estaría de acuerdo. Él diría que a lo sumo ellos la buscan y la consiguen –o no– a través de él, que más bien él mismo es un heterónimo de sus creaciones, y que por lo tanto el baúl al que ellas iban a parar, lo contiene también a él mismo.
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