¿En qué consiste mentir? ¿Es lo mismo mentir que no decir la verdad? A lo largo de un recorrido que distingue la mentira del engaño, la impostura, las ficciones y las fakenews, Roland Breeur propone una reflexión sobre el sentido y el valor de la verdad, que si bien parte de problemas teóricos y epistemológicos, al tirar del hilo, nos conduce hasta los fundamentos morales de nuestras sociedades.
Filosofía
Filosofía
La mentira
Una genealogía orientada a reflexionar sobre el valor de la mentira –y de la verdad– en nuestras sociedades contemporáneas.
¿En qué consiste mentir? ¿Es lo mismo mentir que no decir la verdad? A lo largo de un recorrido que distingue la mentira del engaño, la impostura, las ficciones y las fakenews, Roland Breeur propone una reflexión sobre el sentido y el valor de la verdad, que si bien parte de problemas teóricos y epistemológicos, al tirar del hilo, nos conduce hasta los fundamentos morales de nuestras sociedades.
Tabla de contenido
1. El desafío radical de San Agustín
¿Cuándo mentir? ¿Por qué mentir? Es lo que se pregunta San Agustín hace 1500 años para responder taxativamente: nunca. No importan las consecuencias –y las consecuencias que él mismo enumera son terribles. Su razón es que la verdad es parte de la naturaleza divina y, como tal, sagrada. ¿Pero nos sirve a nosotros su criterio? ¿Mentir es siempre malo? ¿Qué es, exactamente, mentir?
2. Mentira y duplicidad
Mentir es decir lo que las cosas no son. La mentira introduce así una especie de duplicidad en la realidad por la cual lo dicho no coincide con lo visto o escuchado, por ejemplo, por la cual la realidad deja de ser simple, compacta y transparente. En cierto sentido, mentir supera la realidad, la desborda, dice lo que en la realidad no hay, y por eso consiste en un acto creativo. Mentir, en una palabra, requiere imaginación. ¿Y tener imaginación es necesariamente malo?
3. La mentira piadosa frente a los hechos
Cuando las consecuencias que se siguen de decir la verdad son peores que no hacerlo, hay que ocultar la verdad. ¿Pero ocultar la verdad equivale a mentir? Ante los casos en los que es necesario ocultar la verdad, para no avalar la mentira, la tradición casuista inventó la “mentira piadosa”. Consiste en no decir la verdad sin mentir. Si me preguntan dónde está y respondo “acá no”, no miento, pero oculto la verdad. ¿Pero cómo trazar el límite entre una cosa y la otra? ¿Dónde termina la mentira piadosa y empieza la mentira a secas?
4. Los hechos y la libertad
En un mundo en el que la verdad dejó de participar de la naturaleza divina, en el que dejó de ser sagrada, es mucho más difícil trazar el límite entre ella y la mentira. Los hechos de nuestro mundo no son ni necesarios ni unívocos, e incluso nos acostumbramos a considerarlos como construcciones. Así, una investigación periodística o judicial construye una versión de ellos. Y la mentira se nutre de esta contingencia y equivocidad de los hechos. Si los hechos son ambiguos o pudieron ser de otro modo, ¿por qué no decir sencillamente que lo fueron? Más aún: ¿cómo garantizar que no lo estamos haciendo de todos modos, si no existe una verdad absoluta?
5. Verdad y sentido
Hay mentiras y mentiras de todos modos. Una cosa es condimentar una anécdota y otra negar un exterminio. Y a pesar de que nuestra época parezca querer borrar con particular tenacidad la distinción entre una cosa y la otra, una de las condiciones de toda mentira es encontrar quien la crea, como bien lo sabe el impostor. ¿Qué es un impostor? ¿En qué se distingue del mentiroso? Si reservamos la figura de la mentira para oponerla a la verdad en un mundo donde los hechos son independientes de nuestras construcciones, podemos distinguir la mentira de la impostura como de una figura que, en un mundo en el que los hechos se construyen, designa una especie de “falsa ficción”. Es un impostor quien difunde falsas ficciones.
6. El impostor involuntario
A diferencia del engaño, que sólo oculta la verdad, la mentira la niega. Pero la impostura parece ir más lejos, en el sentido que al impostor, a diferencia del mentiroso, parece ya no preocuparle la verdad. La mentira su nutre de la ambigüedad de la realidad. Pero la impostura es una mentira que se suelta de la realidad y se pone a girar en falso para directamente construir todo un mundo alternativo. Por eso el impostor, temiendo que lo descubran, empieza a preocuparse obsesivamente por los detalles, en un círculo vicioso que a su vez aumenta el riesgo de que lo descubran. ¿Qué tan lejos puede llevarse la impostura?
7. El cinismo, o la debilidad de la verdad
La impostura a gran escala, la impostura masiva y sistemática, son las fake news, en donde el desinterés por la verdad es tal que su construcción ya no presupone el espíritu obsesivo y detallista del impostor. Basta con difundir una foto del pasado como si fuese del presente. Ahora bien, ¿qué queda de la mentira cuando el desinterés por la verdad es total? Si se abandona por completo el concepto de verdad, ¿podemos seguir hablando de mentiras? ¿Cómo enfrentar una ficción si no es con otra ficción? Estas preguntas no sólo plantean el desafío de cómo repensar la verdad, la mentira y su relación mutua, sino el interrogante tal vez más importante de cómo vivir en común sin ellas.
Docente
Otros contenidos que te pueden interesar
Filosofía
Filosofía